viernes, 27 de febrero de 2009

Olor a incienso


El otro día me dijeron que mi blog “huele a incienso” porque en casi todos los post hago referencia a Dios, curas, iglesia, amigas consagradas, misas, etc. Es verdad, no lo niego y sé que no es muy marketiniano, que Dios no está de moda y que es la escusa perfecta para no volver a visitar el blog. Entiendo que a muchos les pueda sonar aburrido y un rollo a estas alturas del siglo XXI. No los juzgo y los respeto. No pretendo transformar a nadie. Solo quiero compartir desde este pequeño rincón los milagros escondidos y palabras de esperanza, vida y amor que puedan ayudar a otros a caminar con más fuerza y entusiasmo por la vida. Y perdónenme porque no sé hablar de todo esto sin mencionar a Dios.

Sara de Jesús decía que la fe no se puede enseñar, que no es algo que se aprenda, por eso le dio tantas vueltas a su conferencia sobre la resurrección para introducir en ella su propia experiencia vital ante “Cristo resucitado”. La fe es un don, “el mejor regalo” –como decían mis monjitas del colegio- que cultivaron en nosotros ese amor hacia Jesucristo, como el mejor amigo. No sé si suena un poco cursi lo que estoy diciendo, soy consciente que no domino las palabras que tienen enganche publicitario.
Hablando de publicidad, en estos días -dentro de mi tiempo de reposo-, viendo más la TV, es impresionante darse cuenta de cómo engancha y venden las noticias mientras tengan más morbo, luego nos impacta cuando vemos que una niña de 14 años es asesinada por su novio o que un niño de 13 años se hace famoso por ser padre y tener cara de un niño de 7. No sé. No me extraña que la OMS diga que para el 2020 la depresión será una de las principales causas de incapacidad en el mundo.

No quiero sonar pesimista, pero recuerdo que hace unos días me fui acostar con la sensación de que todo estaba mal, todas las noticias eran horribles, era una sensación de que el mundo entero estaba hecho un desastre. En ese momento Gonzalo miró mi cara de pena y me dijo “… no está todo mal, es solo que el mal es más escandaloso y hace más ruido que el bien que pasa desapercibido y no vende”. Es cierto, lo estoy comprobando día a día en mis ratos de televisión, es muy triste pero es así, las historias en las que predomina el "bien" no se venden, son aburridas, nada emocionantes y no tienen audiencia. Esto hace más necesario buscar nuestros buenos asideros, todas esas cosas que nos den fuerza y sirvan para sujetarnos y para no caer en esas estadísticas tan fatídica del 2020. Y hay que ir a la acción "vince in bonun malum" -como dice el lema de la UFV.

Lo cierto es que me gusta y me da paz el olor a incienso.
¡Gracias!

Hoy les quiero mandar un beso muy especial a mis queridos seguidores: Carlita, Padre José Luis, Annie, Vero, Patty, Mami, Made, Pilu, Cris, Flor, Sandri, Nathaly, Ingrid, Mary Ann, Ele, a mi Gonzalo y a todos mis lectores anónimos. Gracias por estar ahí y confiar en Milagros.

P.d.: http://www.youtube.com/watch?v=Mu5QPVD427o

miércoles, 25 de febrero de 2009

Empieza la cuaresma


Tiempo de recogimiento, meditación, de mirarnos hacia dentro y de buscar en silencio la conversión, nuestra conversión. Todos tenemos una mejor versión de nosotros y a veces sin querer la ocultamos, la empañamos o evitamos verla. Este es un buen momento para desprendernos de todo lo que nos pesa, de lo que no nos deja llegar a la meta, lo que nos amarga y nos debilita. Es un tiempo para acercarnos más al amor, con fuerza y sin miedo. La Madre Teresa decía “amar hasta que duela” y aún cuando duela hay que seguir amando. El mérito está en acercarnos más a quienes más nos cuesta, eso es lo difícil, saludar a quien me cae mal y tenderle uno mano al que me la quitó. Ahí está el quid de la cuestión. Perdonar y perdonarnos a nosotros –de verdad y de corazón-, dejando el cuaderno en blanco para empezar de nuevo. Es un buen momento para abrazar nuestra cruz, con la confianza que no estamos solos. Oración, limosna y penitencia. Preparación para llegar a la Pascua y vivir renovados el misterio de la “muerte y resurrección de Cristo”. Acompañar en estos 40 días a Jesús en el desierto, pedirle a Él que nos ayude vencer nuestras tentaciones, librarnos de nuestros vicios y ser mejores cada día.

Ayer terminé de leer el libro de “El regreso del hijo pródigo” (meditaciones ante un cuadro de Rembrandt) de Henri J.M. Nouwen, que me regaló mi amigo Chema hace un tiempo. Es una maravilla como el autor va analizando el cuadro de Rembrandt mientras se va identificando con cada uno de los personajes y hace que el lector se vea también ahí reflejado. En el hijo pecador que vuelve a casa con la cabeza baja consciente y arrepentido por todo el daño que hizo y se encuentra con un padre que lo recibe con todo el amor sin pedir explicaciones, abrazándole con el mayor cariño y haciéndole sentir amado, querido y con un lugar muy especial en casa. Por otro lado el hijo mayor, el que ha sido siempre fiel a su padre, que ha estado a su lado en las buenas y en las malas y sin embargo le traiciona la envidia por no soportar que el padre le haga una fiesta al hijo que lo abandonó y ha sido un gran pecador. Cuántas veces no hemos sido nosotros hermanos mayores, que juzgamos sin piedad, celosos de perder nuestro puesto, difíciles para perdonar con alegría y aceptar el arrepentimiento del otro. Es parte de la reflexión a la que nos lleva el autor, quien cierra con broche de oro al meditar sobre la figura del padre, que es fuente de amor y misericordia infinita, refugio inagotable de paz . La invitación que nos hace Nouwen es a ser padres, como el padre del hijo pródigo, que está lleno de bondad porque conoce el dolor, vive el perdón y se entrega con generosidad. Dolor, perdón y generosidad son las palabras claves que considera el autor esenciales para vivir como el "Padre del hijo pródigo". Me quedo sin palabras. Es muy bonito todo lo que se encierra en ese mensaje.

¡Feliz día!
Les dejo de regalo esta canción. http://www.youtube.com/watch?v=RnwZoIHrfAY&NR=1

martes, 24 de febrero de 2009

Extranjeros


El domingo en la noche vimos la película “Un franco, 14 pesetas” que pasaron en la tele. Es la historia de dos amigos españoles que deciden emigrar a Suiza en búsqueda de trabajo y progreso para sacar adelante a su familia. La película ayuda al espectador a ponerse rápidamente en los zapatos del inmigrante, a compartir todas esos momentos que se repitieron en la vida de tantos europeos hace más de 50 años -y que hoy se vuelven a repetir-. Desprenderse de su tierra, familia, amigos y llegar a otro país sin conocer el idioma, con otra culturas, nuevas costumbres y con la necesidad de buscar rápidamente el sustento para vivir. Es una historia que me toca personalmente, no solo porque yo también sea una extranjera, sino porque vengo de unos abuelos italianos que protagonizaron la misma película, cuando hace más de 54 años decidieron dejar “la bella Italia”-destruida por la guerra- y cruzar el atlántico en búsqueda de una vida mejor para su familia y sus hijos. Llegaron al sur de América, a la "piccolla Venezia", Venezuela. Para mi se merecen un gran respeto, fruto de la profunda admiración que siento hacia ellos.

Por eso quiero hacer un homenaje especial a todos esos extranjeros que han sido los grandes valientes de la historia, los que siguieron un sueño pensando en un mundo mejor para sus seres queridos, los que aprendieron a renunciar a todo y a luchar día a día por amor a la familia. Vencedores de la pereza, maestros en la pobreza, guerreros de la vida. Luchadores de espíritu, corazones abiertos al mundo, grandes herederos de otras tierras, tradiciones y costumbres.
Extranjeros, siempre extranjeros, es el peaje que se paga porque al salir de la tierra uno se convierte en siempre extranjero. Eso me decía mi nonno, cuando me animaba a quedarme en Venezuela, mientras me repetía con sentido de sobreprotección que “la vida del inmigrante es muy dura”. Hoy en día no se lo niego, pero no me arrepiento, porque es mucho lo que se gana cuando abrimos los límites de nuestras fronteras, cuando incorporamos con amor otras culturas, cuando descubrimos lo que se esconde detrás de la mirada que al principio nos ve con distancia y luego cariñosamente te extiende una mano. Manos que si se unen forman una maravillosa red, de diferentes colores y naciones, pero al final manos amigas y que en el fondo solo pueden ser manos hermanas.


Doy gracias a todos los que han hecho posible mi casa aquí en España. A mis nonnos queridos, que siempre serán un gran ejemplo. Los invito a todos a querer a los extranjeros que tenemos cerca, a echarles una mano, hacerles sentir que verdaderamente ¡están en su casa!.
Un beso muy grande.

viernes, 20 de febrero de 2009

Pataletas


Ayer y hoy están siendo días de “pataletas”, como hacen los niños pequeños cuando se lanzan al suelo llorando porque sus padres no les quieren comprar algo y se desesperan con ellos- pues yo me siento un poco así. Sé que estoy “grandecita” para tirarme al suelo –pero les aseguro que no me faltaron ganas ayer cuando mi Doctor en la consulta dejó caer entre dientes y con total naturalidad que me hiciera la idea de “2 ó 3 meses más de reposo”. En ese momento sentí como un balde de agua fría, lo que era 1 mes se estaba convirtiendo de la nada en 2 ó 3 meses. La sensación era como la del corredor que piensa que le queda muy poco para llegar a la meta y de pronto le dicen que son miles de kilómetros, mucho más de lo que su pobre mente se imaginaba y encima su cuerpo empieza a sentirse sin fuerzas. Siento decir esto, sé que no es justo, pero no puedo negar el sentimiento de frustración, es mi parte más humana la que habla, que se encuentra de pronto con el “Everest” delante y hay que subirlo. No sé. Pasa que empiezo a extrañar más todo lo que formaba parte de mi vida diaria… la UFV, mi trabajo, los alumnos, mis compañeros, los niñitos, las homilías del Padre Florencio, hacer planes, compartir con la gente, salir a correr, salir de fiesta con los amigos… y hacer más planes con mi Gonza. Mi mamá siempre ha dicho que "soy una pata caliente" por no poder estar ni un minuto tranquila, "siempre inventando"-como dice ella- esto es para que vean que la imagen del Everest es cierta.

Me siento como los que están ahí en el banquillo de los apartados, en “time out”. Elena, mi amiga consagrada, ayer me decía “si Dios te lo pone es porque puedes Adri…”. No sé si a veces Dios confía demasiado en nosotros. Igual es una locura lo que estoy diciendo porque soy la primera que me siento viviendo de un milagro y en deuda con la vida. Pero estos sentimientos son reales, humanos y me tomo el permiso de compartirlos con ustedes, mis queridos lectores. Se que el cansancio es necesario, porque luego gracias al descanso, podré retomar con más fuerza el paso. El otro día en la misa de Sara de Jesús, el Padre dio una homilía impresionante, muy bonita, fue un auténtico regalo haberlo escuchado y decía que era humano sentir el dolor y el desconcierto ante un perdida, que esos sentimientos también había que dejárselos en las manos de Jesús y que Él se encargaría de trabajar sobre ellos con todo su amor. Soy consciente de que Jesús no se merece una pataleta mía y más cuando veo todo lo que hay a mi alrededor, pero me da paz saber que me quiere con todo y mis pataletas. Eso es lo bonito. Ese es el amor.
Respiro profundo, pido fuerzas y más paciencia para descubrir con el mejor ánimo todo lo que se encierra detrás de este tiempo.
Gracias por acompañarme, los quiero mucho.

martes, 17 de febrero de 2009

Hay que seguir adelante


Aunque la respuesta no sea la deseada, aunque estemos cansados de la lucha y nos pase por la mente rendirnos porque creemos que nada tiene sentido… Hay que seguir, con ganas y más fuerza, no podemos abandonar y más cuando el fin es bueno. Sé que el cansancio duele y el animo se debilita, pero hay que seguir, despacio, respetando nuestro ritmo, poco a poco, pero seguir. Hay que vencer el fenómeno del “muro” que viven los correderos cuando hacen un maratón y en el km 30 aprox. uno siente que no puede más, que el cuerpo no te responde, en esos momentos miles de pensamientos negativos te invaden la mente animándote abandonar y la clave para vencer ese muro desgastante es “seguir”, no hay otra, solo seguir corriendo, a un ritmo tranquilo y abrazarte muy fuerte a todos esos pensamiento positivos y buenos motivos que te han impulsado a estar ahí. Con los alumnos de la Uni, a veces uso el ejemplo que es como cuando vamos por un túnel con curvas y hay un momento que lo vemos todo negro –no vemos ni la entrada, ni la salida- y si vamos caminando por ahí es normal que nos de miedo, que nos falte el aire y que nos sintamos un poco desorientados. Y ahí es donde tenemos que agarrarnos muy fuerte de nuestra fe, confiar en el de Arriba y pedir que nos de la luz y la fuerza para seguir en el camino. Y nosotros nos tenemos que comprometer a seguir porque el fin es bueno y eso lo justifica.

Ayer recibí una noticia muy triste de la Universidad, nuestra compañera y amiga Sara de Jesús había muerto el domingo haciendo montañismo en uno de los picos de la Sierra. Me quedé muy impactada con la noticia porque Sara era una de esas personas lindas, completas, llenas de vida e ilusión, joven, inteligente, médico cirujano que había apostado por la formación integral, una excelente profesora que quería y se preocupaba por cada uno de sus alumnos, con muy buena disposición para todo, siempre con una sonrisa y una palabra de ánimo, llena de luz, iba a ser la futura directora de la escuela de medicina una vez que se abriera en la UFV. Pensar en Sara es pensar en una persona muy buena y que tenía a Dios muy cerca. Una vez coincidí con ella en unos ejercicios espirituales y era un ejemplo verla orar con tanta devoción. Sarita –no puedo evitar decir que- me da mucha pena que ya no estés con nosotros. No me cabe la menor duda que ya estarás gozando del cielo muy cerquita de Dios, tu gran amor. Pero te echaremos de menos. Pido una oración por su familia, sus amigos y todos sus seres queridos para que el Señor les de la paz y resignación para aceptar esta perdida. Que en paz descanses Sarita. Te queremos mucho. Ha sido un honor haberte conocido. Gracias por tu ejemplo. ¡Adiós!

domingo, 15 de febrero de 2009

1000 visitas, muchos amigos, muchas gracias


Este título se lo debo al secretario general de Milagros, mi marido, que hace una de las labores más importantes para el blog: confiar en mi y animarme a seguir escribiendo. Es feliz con cada post y me motiva -en seguida- a pensar en el siguiente, quiere a todos mis seguidores y se emociona con cada uno los comentarios. También tradujo en un título bonito los números que veíamos en el contador. Gracias amor.

¡Qué ilusión haber llegado a 1000 visitas! Me parece mentira, cuando escribí el primer post nunca pensé que en tan poco tiempo podría recibir esta respuesta. ¡Gracias!. Y más cuando a veces me quedo con la sensación de que lo que escribo es “un ladrillo” –como se dice aquí en Madrid cuando algo es muy aburrido-.

¡Gracias a todos por ser amigos de Milagros! A los conocidos y desconocidos, a los muy arriesgados que se hicieron seguidores y a los lectores esporádicos, a los que entraron por casualidad en el blog y nunca más volvieron y a los que se quedaron. Gracias por compartir, muchas gracias . Perdón si me repito, pero estoy muy emocionada y a la vez algo“asustada”, lógico si tenemos en cuenta el compromiso de sentir en mis manos la confianza que ustedes me están depositando. Gracias.

Por cierto, hoy son las elecciones del referéndum en Venezuela, mi país que tanto quiero, que me preocupa y me duele. Pido una oración –con toda el alma- para que gane la libertad, el respeto, el derecho a la vida, la paz, la unión entre otros, el apoyo al crecimiento, el progreso y la prosperidad, para que gane el verdadero amor hacia Venezuela y el querer sacar de ella lo mejor para todos los venezolanos.

Que sea lo que Dios quiera, pero ojala y Dios quiera que nosotros sepamos usar bien la libertad que Él con tanto amor nos dio.


¡Feliz domingo!

viernes, 13 de febrero de 2009

¡Buen camino!


Es el saludo de todos los peregrinos que hacen el camino de Santiago de Compostela, -da igual el credo, raza o inclinación política-, desde que pones un pie en el Camino te conviertes en alguien importante para miles de personas que son completamente desconocidas para ti, caras de todas las partes del mundo, de todas las edades… aventureros, místicos, ateos, deportista, religiosos… y de pronto – todos peregrinos de Santiago-. Todos pendientes de todos. Es parte del milagro del Camino. La bondad del peregrino. El deseo de llegar a Santiago para abrazar al Apóstol y recibir la Compostelana.

Le tengo un especial cariño a las tierras gallegas, porque en Santiago de Compostela tuve mi primera casa cuando llegué a España. Fue mi primera escuela “al cruzar el charco”, al salir de la burbuja de Caracas. Tuve la suerte de dar con personas queridas, entrañables y muy hospitalarias. Aprendí a valorar la belleza que se esconde detrás de la lluvia cuando cae sobre las piedras. Y también a querer más el sol despues de haber visto llover -7 meses seguidos-. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia la “terra galega” y hacia el Apóstol que fue -padre y madre- a la vez.

Nadie queda inmune al Camino de Santiago, es mágico lo que ocurre en él. Es imposible volver a casa siendo el mismo. Hay un poder transformador en cada paso, en cada huella, que se sostiene con el bastón del silencio. Todos peregrinos, buscando palabras sueltas en el camino, mensajes de vida y la vida misma.

La naturaleza te envuelve con sus colores y te acompaña con suavidad, las piedras fortalecen tus pasos, el oxigeno te purifica y las mirada de los peregrinos unidas a su saludo amable te animan a continuar, a llegar, a creer que si se puede. Es una hermandad que se construye desde el silencio, con lazos invisibles, no sé cómo ni de qué manera, pero pasa, y rápidamente sientes que no estás solo, se respira un aire diferente, que te impulsa a desear el bien del otro -no sé cómo te llamas ni de dónde vienes pero me importas, quiero que llegues bien y por eso te deseo de corazón que tengas “¡buen camino!”-. Es el mensaje de cada peregrino que me atrevo a descifrar, de las palabras que no se dicen, pero se sienten por dentro. Extraño esa fraternidad.
¡Buen camino mis queridos lectores!

jueves, 12 de febrero de 2009

Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena..


Es el título de un libro que les quiero recomendar hoy de un rabino, Harold S. Kushner, mi amiga Orit se va a poner muy contenta con esta recomendación…

Hoy 12 de febrero, es el aniversario de Jon Aramburu, han pasado ya 10 años de su muerte… Un ser muy querido, una persona muy especial y un amor bonito. Preguntas que quedaron en el aire, piezas de puzzle que cayeron violentamente al suelo y la mano amorosa de Dios que poco a poco ha ido encajando todo en su sitio, construyendo con dulzura sobre lo que se pensaba destruido, con Su tiempo que siempre es milagroso para sanar las heridas y lograr que de un dolor tan grande puedan salir maravillosos frutos y bendiciones. Estoy convencida que Jon es uno de esos angelitos que nos acompañan desde el cielo con su sonrisa y mirada luminosa. Qué en paz descanse, que Diosito lo mantenga en su regazo y que siga llenando de bendiciones a toda su querida familia que son testimonio vivo de -fe, esperanza y amor-.

El Padre Azagra –un cura jesuita de la UCAB- fue quien me recomendó este libro del rabino, hace 10 años, y me dijo con mucho cariño que igual me ayudaba a encontrar respuestas a mis preguntas. Las repuestas se van construyendo con el paso tiempo, pero mereció la pena y me gustó mucho haber leído el libro. Kushner muestra su dolor y se acerca con cariño a todas las personas inocentes que sufren, hace las preguntas que todos nos hemos formulado alguna vez y va respondiendo poco a poco –con delicadeza- a cada una de ellas y a su vez logra transmitir la imagen de un Dios que es solo amor y que llora al lado del inocente, y por eso pone a su servicios todos los medios para acompañarlo y que pueda salir fortalecido del sufrimiento. Es un mensaje conmovedor que da vida y aliento a todas esas personas que están pasando por momentos difíciles de dolor.

-Pido una oración para todas esas personas -.

miércoles, 11 de febrero de 2009

A reírnos más

Es impresionante todos los beneficios que tiene la risa, si fuéramos conscientes de ellos no dejaríamos que pasara un minuto sin reírnos…

Desde que tengo el blog, me pasa que estoy con ganas de escribir constantemente, pensando en posibles temas que puedan ser un post, y esto se los debo a ustedes –mis queridos lectores- que como hizo el Principito -de Antoine de Saint-Exupéry- con la Rosa “me han domesticado” y es una maravilla porque esto le da un sentido muy especial a mi tiempo de reposo, mientras pienso en ustedes, en qué cosas les pueden interesar, qué necesitan escuchar, qué palabras les pueden ayudar… “El salir de uno mismo para pensar en los otros, da un sentido especial y muy grande a nuestra vida”. Gracias!

Esto de estar escribiendo por todos lados, me recuerda un artículo que leí este fin de semana en el Magazine del Mundo –el periódico que compra mi marido- y comparaban los paralelismos que se dieron en las vidas Lincoln y Darwin, muy interesante la sincronicidad en sus vidas –como diría Jung- y justo hubo una parte en la que decían que los dos estaban todo el tiempo con una libretita anotando cosas, en cualquier lado se sentaba a escribir, por temor a olvidar todas esas ideas que les venían a la mente… Y dije ¡qué casualidad, esto es una señal de que voy bien encaminada! Por supuesto que no soy ni Lincoln ni Darwin, que fueron dos “grandes ” para la historia, solo comparto desde "mi pequeña parcela" el deseo de querer dejar un mundo un poco mejor.
Cerrado el paréntesis, lo que quería compartir con ustedes son los beneficios tan impresionantes que tiene la risa. Es increíble cómo por el solo hecho de reírnos, segregamos más endorfinas que a su vez ayudan al sistema inmunológico a estar más fortalecido, por tanto menos enfermedades, y a su vez contribuye a mantener el pensamiento positivo y por tanto a dimensionar los problemas y buscar soluciones a las cosas de una manera más fácil y con un humor más alegre. La risa pone a nuestro cuerpo en un estado general positivo, de relajación contribuye a eliminar las tensiones físicas. Al mismo tiempo –y esto muy importante- nos ayuda a crear a nuestra alrededor un ambiente muy agradable, que se convierte en un auténtico imán para atraer gente. Porque no hay nada más refrescante y positivo, para vencer el stress diario, que reírnos con fuerza y con ganas y si lloramos que sea de alegría.
Por algo dicen que la risa es “la mejor medicina para el alma”.
Un beso!

martes, 10 de febrero de 2009

Arroz con mango


Siguiendo con mi tiempo de reposo, me pasan tantas cosas por la mente, creo que estoy más sensible a todo lo que ocurre a mi alrededor, o quizás tengo más tiempo para reflexionar en cada una de esas cosas, –como si quisiese entender cuáles son las reglas que guían el juego, las señales que aparecen y orientan el camino o armar las piezas del rompecabezas que caen al suelo- . Esto de tener mi mente a “mil revoluciones por minutos” y mi cuerpo “a menos uno”, es una sensación un poco extraña , creo que empiezo a echar de menos que vayan en una misma velocidad, ojala y Dios quiera pronto vuelvan a estar en una misma sintonía.

Por lo pronto escribo feliz y encantada de poder compartir todo esto ustedes, pero les advierto que este post tiene toda la pinta de ser un poco “arroz con mango”.

Arroz con mango es una expresión que se usa en Venezuela cuando se quiere decir que “hay muchas cosas juntas, pero ninguna tiene nada que ver con la otra”, lo mismo para un grupo de personas que coinciden en una reunión y en teoría no tienen nada en común.
Ya prevenidos, empiezo más tranquila con mi post.


En esta última semana han pasado varias cosas, por diferentes lados, que me han movido un poco y me dejan pensando. Es increíble la cantidad de misterios que hay en la vida. Hace unos días leí un artículo de Tomás Alfaro, profesor de la UFV y una persona admirable por su inquietud intelectual, bondad humana y constancia al comunicar. Decía en su artículo “… tengo una buena colección de preguntas para hacerle a Dios el día que su misericordia haga que yo también, después de ser purificado, le vea cara a cara… Sin embargo sé, que cuando le vea cara a cara, no necesitaré preguntárselas porque en su Rostro veré todas las respuestas a mis preguntas y a muchas otras que no sé si formularle…”. Mientras leía, pude visualizar perfectamente ese momento,¡impresionante!, ojala y yo también pueda disfrutar de ese maravilloso encuentro –cuando llegue mi turno-.

Es inevitable que en nuestra condición humana no queramos comprender las cosas que nos pasan y las cosas que pasan a nuestro alrededor. Ahí también debe estar la magia de la fe, de confiar y confiar que hay un amor muy grande que lo justifica todo. Tenemos que agarrarnos con fuerza a ella!

Aprovecho para mandar un abrazo muy fuerte y mis palabras de cariño, apoyo y acompañamiento hacia mis amigos Legionarios de Cristo –con quienes trabajo desde hace varios años- y quienes están pasando por momentos duros y muy dolorosos. Uno de esos “reglones torcidos de Dios”. Estoy convencida que saldrán adelante, soy testigo de “la buena madera”, de la gente extraordinaria que tienen cerca y del buen instrumento que son para hacer el bien y acercar a la gente al amor de Dios. Lo he vivido en primera persona. ¡Qué Dios los bendiga!
Hay que “abrazar la vida”, con ganas, con fuerza, con recelo porque es “nuestra”, es el regalo más grande que Alguien nos puede hacer, es nuestro mayor milagro y lo tenemos en las manos. Tenemos la obligación de cuidarlo y cuidarlo bien.

Ayer recibí un mail de una querida amiga 'Di' –que está remontando poco a poco una situación muy difícil que le ha tocado vivir…- Es una campeona y lo conseguirá, no me cabe la menor duda de ello. Pero lo bonito fue escuchar ayer –en el mail-, como me decía que después de tanto tiempo se estaba sintiendo nuevamente muy feliz –le daba pena el tiempo perdido- pero estaba muy contenta porque al fin estaba cumpliendo día a día sus deberes que eran “sonreír y sonreír … maravillarse de las cosas pequeñas, ver los niños jugar en el parque… comer cosas ricas, respirar profundo… caminar despacio… querer… amar bonito … dar… y no acostarme sin tener claro en mi mente un motivo que me haga ser feliz”… Concluía dando gracias a Dios por todas las personas que tenía cerca, gracias a ellas “la carga se hacía más llevadera”.

Creo que estas líneas pueden servir para vernos reflejados ahí y sobretodo para asumir el compromiso de ser felices, hacernos un listado de tareas para cumplirlas diariamente y no acostarnos sin sentir que hoy ha sido mejor que ayer y seguro que menos que mañana.

Los animo a que me escriban -con toda paz, confianza y total libertad- porque seguro que muchos tenemos historias y mensajes maravillosos que compartir que les pueden hacer mucho bien a otros. Yo me comprometo a cuidar con el mayor cariño cada una de las palabras.

Y no pasa nada si hacemos un arroz con mango, bendito sea!

lunes, 2 de febrero de 2009

Tiempo de reposo

El jueves pasado fui al médico para que me diera el resultado de la resonancia magnética que me hicieron en la espalda. Me dijo que tenía “un edema óseo en la zona dorsal… y micro fracturas trabeculares…” esto se traduce en rupturas internas en algunas vertebras y como tratamiento un corset, sesiones de rehabilitación, un poco de natación y un mes más de reposo en casa haciendo vida tranquila. En ese momento mi cara mostraba cierta sorpresa porque no puedo negar que era más de lo que me imaginaba; sin embargo, el médico intervino rápidamente y me dijo muy claro que “esto no es nada para lo que pudo ser… ha tenido un golpe muy fuerte y afortunadamente la medula espinal esta intacta y eso es lo más importante… todo lo demás es reversible si sigue el tratamiento”.

Las cosas pasan y no sabemos por qué, pero pasan… y “Dios escribe recto sobre renglones torcidos” -dice con frecuencia mi papá.

Cuando los planes se nos cambian por fuerzas mayores rápidamente nos vienen a la mente las preguntas de ¿por qué?, ¿por qué esto?, ¿por qué ahora?, ¿por qué a mí? Y creo que estas preguntas no nos ayudan a avanzar, nos desgastan, porque más bien nos estacan en sentimientos que nos restan fuerza para ver hacia adelante y buscar alternativas positivas, porque al fin y cabo ¿por qué no a mi? -¿qué me hace inmune?- cuando a mi alrededor pasan tantas cosas y no hace falta que mire muy lejos…

La diferencia está en cómo enfoque lo que me pasa. Creo que la pregunta que más ayuda es ¿para qué? unido al deseo de descubrir las señales que nos van indicando cuál es la voluntad de Dios.

Un mes más en la casa –si les soy sincera- se me hace eterno, pero por otro lado soy consciente que si quiero se puede convertir en una oportunidad, en un tiempo para reflexionar, hacer un alto en el camino y dedicarle tiempo a todas esas cosas que siempre quiero hacer y nunca puedo. Tiempo para caminar más despacio y dejar de lado las prisas que siempre me acompañan, tiempo para mirar hacia adentro y reconocer lo que está bien y lo que no, tiempo para querer, amar y para dar gracias minuto a minuto por toda esa gente maravillosa que me acompaña, que son verdaderos regalos de Dios.

Cuando los planes se nos cambian, podemos llorar infinitamente, quejarnos minuto a minuto y sentirnos muy desdichados porque el mundo entero tiene un complot contra nosotros; o por el contrario armarnos de fuerza, secarnos las lágrimas, mirar hacia adelante, tener confianza de que esto es un regalo –a pesar de que no lo veamos claramente-, aferrarnos a la oración y hacer todo lo que esté en nuestras manos para convertir lo que nos pase en una oportunidad de vida, crecimiento y amor; que se convierta en un bien para otros. Me ayuda profundamente el saber que no estoy sola, que hay Alguien que me acompaña incondicionalmente con un amor infinito, que ríe si río y sufre si sufro; y que manifiesta su amor milagrosamente a través de miles de personas que se convierten en maravillosos instrumentos.

No sé si los aburro o si me pierdo buscando palabras, ojala y entre líneas les pueda hacer llegar mi mensaje, que al fin y al cabo es mi motivación última al escribir en este blog. Estoy haciendo todo lo posible por vencer el muro que da la vergüenza de preguntarme si tiene sentido y si realmente logro trasmitir lo que quiero. Prometo seguirlo intentando.

Pido una oración para que mi amiga “la paciencia” me acompañe de una manera inseparable en este periodo, y que yo pueda ver más allá y descubrir con ganas lo que hay detrás de este “tiempo de reposo”.

¡Gracias por escucharme!