viernes, 6 de marzo de 2009

Una historia de amor

Se conocieron en un aeropuerto, ella iba a visitar a su familia y él a un campeonato de pesca. Me cuenta con mucho entusiasmo que desde el momento que se sentó frente a ella el corazón no paraba de saltarle como si algo le dijera “es él”, la persona con la que has soñado y llevas tantos años buscando. Hay personas que nunca se encuentran y a quienes les toca decir adiós sin haber sentido nunca lo que es el amor.

Tuvo una extraña sensación cuando se cruzaron las miradas, no sabía quién era, como se llamaba ni de dónde venía y al mismo tiempo sentía como si le conociera de toda la vida. “No sé cómo se puede sentir tanto en tan poco tiempo, pero fue muy bonito experimentarlo”.

Llegó el momento de entrar en el avión ella con cierto nerviosismo, inquieta porque igual ya no volvería a coincidir con ese niño de “la mirada tierna”. La azafata le acompaña a su puesto –el cual intentó cambiar en varias ocasiones porque no le gustaba y eran muchas horas de vuelo, pero no lo pudo conseguir estaba sentada en el puesto que menos le gustaba del avión-. De pronto sube la mirada y la misma azafata guiaba a su compañero de asiento, no se lo podía creer, pero era él. En un avión donde entraban 600 personas justo era él su compañero de asiento. Daba gracias en silencio por no haber podido cambiar su puest. Era sin lugar a duda una coincidencia que se convertía en una gran oportunidad.

Los nervios a flor de piel, no sabía qué decir, cómo moverse, a dónde mirar y de pronto de la manera más sencilla empezó la conversación, cada uno de un país diferente y afortunadamente con un lengua en común para poder comunicarse. Era un hombre encantador, de esos que “ya no quedan”, respetuoso, con buen sentido del humor y profundo en sus planteamientos. Siete horas de avión que dieron para hablar de muchos temas, se había formado una burbuja entre ellos y ella con el deseo de parar el tiempo –preguntándose qué estaría sintiendo él-. Todo muy mágico. Mucha sincronicidad y ella completamente sorprendida de que realmente existiera “la chispa” o “esos gusanillos del estomago” de los que tanto había oído hablar a la gente y ella nunca había podido experimentar.

Llegaron al país y él sin dejar que pasara más tiempo y con cierta timidez en su tono de voz le pidió el teléfono. Ella se sonrojo –se sentía un poco tonta por no poder controlar lo que estaba sintiendo- pero no lo dudó ni un momento y le dio su teléfono. Luego hizo el intento de racionalizar todo lo que había pasado y quitarle importancia, pero no podía y no sabía por qué. Ella que era una mujer acostumbrada a dirigir, manejar finanzas y controlar todo en su vida, se sentía como una adolescente desconcertada y revisando el móvil 2 minutos el móvil por si le entraba algún mensaje de él. Se preocupó aún más cuando se vio llamando a su propio móvil para comprobar que realmente funcionara bien y que podría oírlo sin problema en caso que sonara. Como si no recordara que recibe una infinidad de llamadas de sus clientes.

Después de algunos días la llamada llegó, finalmente era él para saludarla y ver cómo iba todo, ella deseando que la invitara a quedar para tomar un café o hacer algún plan juntos. Se hizo realidad el deseo. La invitó a la final del campeonato de pesca y ella fue con una amiga. Un día increíble, de esos que son difíciles de olvidar. Él encantador, estuvo a punto de ganar, no lo logró, pero igual se sentía campeón por todas las sonrisas que logró sacarle a ella de la cara. Era su mejor premio. Se estaba tejiendo una historia de amor muy bonita y de la nada.

Ella se sentía que respiraba mejor que nunca, el corazón le palpitaba con más fuerza, tenía ganas de vestirse, arreglarse y sentirse bella. Pero sus pensamientos negativos no la abandonaban, de vez en cuando la atormentaban “seguro que algo malo tiene”, “no te deberías confiar tan rápido”, “no puede ser que todo vaya tan bien, por algún se estropeará la historia”. Se aferraba a la oración con todas sus fuerzas y le pedía a Dios que la ayudara, que si no era para ella por favor se lo quitaran del camino y que si era le diera una señal y mucha paz para su corazón. Tenía miedo porque hace menos de un año se había visto muy cerca de caer en una depresión profunda, había perdido el interés por todo, muy sensible y a veces irritable, iba a trabajar porque no le quedaba otra y no tenía a su familia cerca, pero evitaba cualquier tipo de relación, no quería involucrarse más de la cuenta. Lo suyo era los números, las finanzas y nada más. Los fines de semana los recibía y los despedía con el mismo pijama, en el mismo sofá y con varios paquetes de galletas vacíos en el suelo.

Ahora derepente –como por arte de magia todo empezaba a sonreírle-. O quizás así lo veía ella, yo creo que aprendió a quererse, a cuidarse y mirar todo lo bueno que tenía y todo lo bueno que había a su alrededor para ella. Si esto no hubiera pasado antes, estoy convencida que esos “ojos tiernos” se abrían quedado en el aire.

Él supo ganarse su confianza, no tenía ni idea de lo duro que había sido su vida antes, pero estaba dispuesto apostar y a luchar por su amor. Su sentido del humor era único, ella no recordaba haberse reído tanto. Después de haber tomado tantos antidepresivos nunca se hubiera podido imaginar que el estar enamorada le podía producir esa sensación de bienestar tan grande, incomparable con cualquier otra que hubiera experimentado antes. O igual tampoco había tenido interés por experimentarlo. La clave es que estaba abierta para recibir los regalos que Dios le estaba enviando, si no lo hubiera estado habrían llegado a su vida sin que ella se hubiera dado cuenta.

Empezó a dar gracias minuto a minuto, porque después de cada instante se sentía mejor. Estaba descubriendo un lado maravilloso de la vida, de su ser y él había logrado que todos sus talentos salieran a flote. Es la magia del amor, de ese amor bonito, que espera paciente y es respetuoso, alegre y sencillo, que se da con generosidad y produce una paz inmensa al caminar de la mano, que saca lo mejor de ti y tú lo mejor de él, que subir una montaña no cuesta tanto porque el amor te da fuerzas para soportarlo y más, hay ganas de reír, de soñar y sobretodo de vivir.
Esta historia está abierta y yo solo puedo desearles a ellos dos (que existen en algún lugar de América) la mayor de las felicidades.

Doy gracias a Dios por todas las personas que como ella han logrado encontrar su amor, curar las heridas y seguir adelante luchando y entregándole lo mejor a la vida. Escribiendo juntos una bonita historia de amor.

P.d. Un regalo para ti...
http://www.youtube.com/watch?v=FSea1YPxK1c

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribes artículos, reflexiones, comentarios de películas y todo eso lo haces muy, muy bien pero ahora, además, descubro que escribes historias llenas de magia y de sentimiento... eres muy grande.

Lo único que te critico es haber elegido un avión como escenario de esa historia de amor de la que hablas. Todo lo demás es perfecto.

Gonzalo

Adriana Yépez De Dominicis dijo...

El avión es justo parte del escenario real donde se desenvuelve la historia y lo he querido mantener. También es una forma de reconcialiarnos con los aviones, no?
El grande eres tú y doy gracias a Dios por permitirme escribir día a día "mi historia de amor" a tu lado.

Anónimo dijo...

Adri hasta hoy no sabia que fueras pintora.Sabes, has dibujado con palabras de colores vivos lo maravilloso que es el amor. Es de un gusto exquisito los colores de luz que seleccionaste para describir la comunion de dos personas que se aman, y sabes matizar,asi, ".....y produce una paz inmensa al caminar de la mano, que saca lo mejor de ti y tu lo mejor de el, que subir una montaña no cuesta tanto porque el amor te da fuerzas para soportarlo y mas, hay ganas de reir, de soñar y sobre todo de vivir " Besitos.

Anónimo dijo...

Primiiii..... wow wow wow.... creo q no tengo palabras aqui...... Creo q esta historia tiene mucho para reflexionar, a pesar de todo los aviones son uno de los sitios donde se encuentran muchas emociones, es como los aeropuertos q a veces se llenan de alegrias y otras de tristesas....en este caso el avion sirve para dar ser la base para una muy bonita historia de amor .... Me encanta...!...
Veronica

Adriana Yépez De Dominicis dijo...

Gracias a ti primita, por compartir y estar tan cerca de Milagros. Un beso muy grande!

Anónimo dijo...

De nada Primita....!! Estoy esperando con gran emocion la segunda parte de esta Historia....
Un beso Grande.!!...........