domingo, 26 de julio de 2009

Piano, piano si va lontano


Lo repite mi nonna (mi abuela materna) con frecuencia, pero no he sido buen ejemplo de este lema a lo largo de esta última semana. Después de que el médico me dijera que estaba mejor y que el edema óseo había desaparecido, me dio por intentar quitarme el flotador en la piscina para nadar sola, tomar menos o casi nada de medicación y hacer más cosas en casa de lo habitual. El resultado: peor, más agotamiento, malestar y por tanto desanimo.

No se puede romper el ritmo natural de las cosas, me doy cuenta claramente que esto es una carrera de pasitos cortos y mucha paciencia, -que va en contra de mi tendencia habitual de ir más de prisa y ponerme metas altas- . ¡Qué aprendizaje, amigos! No se lo pueden imaginar, son pequeños detalles, pero intensos en profundidad. Me doy cuenta claramente que el “tiempo de Dios es perfecto” aunque no sea compatible con el que nosotros tenemos en mente y para ello confianza, tranquilidad, fe y dejarse llevar. Sin poner el pie en el acelerador cuando lo que vienen son curvas, pero incluso ni con curvas. Humildad y aceptación con buen ánimo son buenas compañeras del momento.

El otro día vimos en la tele una película que Gonzalo ya había visto varias veces y que le encanta, en español se titula “Cadena Perpetua” aunque los lectores americanos y latinoamericanos de este blog la conocerán seguramente por su título original The Shawshank Redemption (se rodó en1994 y está basada en un guión de Stephen King).

Yo nunca la había visto y al principio no me apetecía mucho porque la veía un poco deprimente al desarrollarse en la cárcel y encima estaba protagonizada por un hombre que aparentemente era inocente. Me imaginaba que era para rasgarse las venas, pero luego gracias a la poca programación que había esa noche en la televisión volvimos a la película para que yo le diera una oportunidad y ahí me quedé enganchada. Realmente muy buena, las actuaciones de Tim Robbins y Morgan Freeman son magistrales y lo mejor todo el mensaje que hay en la película para digerir.
Cómo Tim Robbins (que era el famoso banquero condenado a cadena perpetua de manera injusta) se aferra de una manera tan ejemplar a la “esperanza” como su mejor aliada y comparte con su buen amigo de la cárcel Morgan Freeman (un viejo preso muy respetado) su principio de vivir en la esperanza “get busy living or get busy dying”, que lo que está de fondo es el hacer todo lo que esté en tus manos para vivir o para morir. Uno es el que decide por la vida o por la muerte. “Vivir por la vida o vivir para dejarte morir”. Luchas por tus sueños, ideales y alcanzar la felicidad o abandonarte, caer en la desidia y rendirte al sufrimiento. -Excelente mensaje-.

Guiado por esta premisa también se ve en la película como poco a poco el protagonista con su trabajo diario y la fuerza de voluntad por luchar hasta el último momento por la verdad, le ayuda a salir victorioso y hacer justicia dentro de la cárcel. Se observa como su lucha, su optimismo y convencimiento de que algún día se haría justicia con él le lleva al amigo del protagonista a decir cosas como esta sobre él :“no importa cuántas palizas recibas, cuanto te humillen...ella, la esperanza, está siempre allí, guiándote y haciéndote seguir adelante. Y para hombres como Andrew Dufresne (Tim Robbins), la esperanza nunca desaparece...”. -El final es muy bueno-.

“… La esperanza es una buena cosa, quizás la mejor cosa…” –le deja escrito en esta carta Andrew a su buen amigo-.
Qué la esperanza nos acompañe siempre y nos ayude a caminar con nuestro mejor pie, con buen ánimo, fuerza y la mejor sonrisa.

¡Feliz domingo!

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