domingo, 27 de diciembre de 2009

1 año después


Hoy 27 de diciembre, cumplimos nuestro primer año de supervivientes, un año de vida gracias a ese gran milagro que vivimos en primera persona al sobrevivir al accidente aereo de aquel viaje de Los Roques - Caracas. Un año de dar gracias, de valorar y querer cada día más la vida, de estar aquí junto a nuestro seres queridos celebrando ¡la vida!.

Yo, gracias a Dios, estoy muchísimo mejor, apunto de tocar el 100% de la recuperación. En noviembre empecé a trabajar -de manera progresiva- en la Uni y estoy encantada de poder retomar todas esas pequeñas y grandes cosas que formaban parte de mi vida.

Hoy queríamos haber hecho una gran fiesta para celebrar este primer año de vida, pero por temas logísticos lo vamos a tener que postergar, no pasa nada porque igual la celebración la alegría y la dicha la llevamos por dentro, felices de poder compartirla con todos los que nos quieren. Además este año tenemos la suerte y el regalo de tener por aquí a mi mamá y a mi hermano compartiendo con nosotros estas fiestas navideñas (qué felicidad!).

Me estoy dando cuenta que el escribir es como cualquiera de esas actividades que cuando no se practican a diario se empiezan a perder facultades -lo digo porque me noto "muy espesa" con las teclas-, pero bueno, lo asumo con humildad y sin grandes pretensiones. Al fin y al cabo el post de hoy lo que pretende es dar nuevamente gracias a Dios por el gran milagro de la vida, por cuidarnos, acompañarnos y darnos muestras de tanto amor a diario. No se puede pedir más.

Aprovecho para saludar con cariño a todas las familias, hoy el día de la Sagrada Familia y para desearles una muy ¡Feliz Navidad! que estos sean días de encuentro, de paz y mucho amor. Que mantengamos al Niño Jesús -ya nacido- vivo en nuestros corazones y nos preparemos para recibir el 2010 con mucha alegría y entusiasmo, que seguro será un buenísimo año!

Un abrazo muy fuerte.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Volver



Dentro de una semana, se cumplirían ya dos meses sin escribir en Milagros y hoy me he encontrado con dos mensajes muy cariñosos que me han motivado a decir ¡hay que volver!... Gracias a mi aita afectivo y gracias Virginia –que aunque todavía no te pueda poner cara tus palabras han sido muy alentadoras-. Así que el empujón me llegó –afortunadamente (para no seguir diciendo, “mañana vuelvo… y mañana vuelvo” sin volver)- lo que estoy haciendo ahora mismo es romper el hielo con el ordenador, con el papel en blanco y con ustedes queridos lectores, con quienes me siento en deuda por la fidelidad a pesar de la ausencia. Gracias.

Tengo muchas cosas que contar, post que dedicar y todavía no sé por dónde empezar, llevo mucho por dentro y digamos que lo que he estado haciendo es “la digestión”, de hechos, acontecimientos, momentos importantes, seres que marcan y adiós inesperados… De todo un poco, mucho y nada, blanco y negro, alegrías y llanto… La ilusión se mantiene, la esperanza sigue viva y por eso estoy aquí con ganas de volver, de seguir alimentando este blog y de alimentarme a mi con todo lo que encuentro en este rincón de Milagros.

Gracias y gracias.
Un abrazo gigante y nos seguiremos encontrando!