Creo que ya va siendo hora que la entrada de "¡feliz año 2010!" en el blog vaya quedando atrás, sobretodo cuando estamos a mitad de marzo, a punto de entrar en la deseada primavera -si es que el invierno termina de hacer sus maletas, se apiada de nosotros y nos deja en paz, que la estancia de este año, le ha valido ya por muchos más-. Siento la queja, pero lo de este año ha sido especialmente duro y más para una hija del Caribe.
Fin de la queja.
El punto es que echo de menos Milagros, el blog, los lectores, pensar en nuevos post, escribir, compartir, expresar, sentir. Y me siento mal por la ausencia. Pero después de tanto tiempo de baja, he necesitado un buen tiempo de ajuste y adaptación para habituarme de nuevo al ritmo de trabajo. Ya estoy a tiempo completo, casi al 100% y con un proyecto apasionante por delante de una asignatura que estamos desarrollando "Habilidades y Competencias Personales", un lujo dentro de una Universidad. Un gran reto para nosotros y los alumnos parte importante del jurado. En julio les contaré la calificación que nos han dado. Que sea la que tenga que ser y la que más nos ayude aprender.
Hoy he vuelto de ejercicios espirituales, ¡qué falta me hacían! y traigo una paz que no quisiera perder ni por un minuto. Ha sido como resetear el alma y cargarte de las mejores baterías. El padre F como siempre extraordinario, buen guía en la oración, nos ayuda a ver más allá y nos acerca la gracia de Dios a nuestras manos. Un verdadero privilegio.
